Bueno bueno XD aquí traigo uno de los regalos que prometí. Debo aceptar que tarde más de 10 horas en escribirlo, durante ese tiempo, sufrí distintas formas de paradas mentales y faltas de inspiración XDDD ademas de que no encontré muchos doujinshis lemons de tokyo ghoul, y los que encontré fueron todos yaoi (no los rechazo, pero nunca me ha dado por escribir uno) Y lo susodicho, aquí esta.
-¡No puedes irte!-grito.
-¡No puedes irte!-grito.
Kaneki se detuvo en seco. Podría haber reconocido aquella voz en
cualquier lugar y en cualquier momento. Suspiro, no agobiado, sino cansado. Un
cansancio que llevaba cargando desde hacía tiempo y no parecía que fuese a irse
nunca. Cargaba con ello sobre sus hombros el solo. En aquel momento era tan
pesado que ya estaba cansando de ello. Sus hombros estaban caídos, pero su
voluntad era firme como el hierro.
El edificio en obras a su
alrededor se cernía sobre ellos…
-Touka…-murmuro, pero ella podía escucharle perfectamente incluso
desde aquella distancia, debían de ser diez metros. Paso las manos por la cara,
intentando pensar que debía decirle sin sonar brusco ni borde- No deberías de
estar aquí. Yo salvare al viejo y a Anteiku. Yo…
-¿Y quién te salvar a ti?- dijo la joven ghoul, su voz hizo a Kaneki
estremecerse. Arrastraba las palabras- ¿Quién asegura que no morirás allí? ¿Y
si todos ellos mueren? ¿De qué habrá servido tu sacrificio? ¡Idiota!
Lo único que pudo hacer Kaneki fue sonreír con tristeza. Incluso él se
sentía un poco… como si fuese a la guerra. No sabía si volvería con vida o no.
Pero prefería no pensar en aquello. Salvaría a todos, y volverían. Así Touka no
tendría que volver a sentirse sola…
-Por favor Touka…-murmuro- para y vete al refugio. Si te acercas más
la CCG podría verte y esto no podría acabar bien.
Kaneki ya iba vestido con su traje de combate y su máscara cubría su
rostro. Era todo o nada. La tela negra se pegaba a su cuerpo perfectamente. Se
sentía como una autentica máquina de matar, dispuesta a todo por su
objetivo. Sus músculos ya no eran más
que mecanismos, preparados para desgarrar y matar. Ya no quedaba nada débil en
su cuerpo. Durante aquellos meses, se había molestado para que no quedase
debilidad en el mismo. A veces, se miraba en el espejo y ni si quiera era capaz
de reconocerse a sí mismo. Pero había cambiado para poder sobrevivir.
-¡No puedo irme y dejarte solo!-grito Touka, estaba perdiendo el
control sobre sí misma. Kaneki sospechaba que explotaría en breve- No puedo
dejarte caer solo, esta vez no.
Kaneki agacho la cabeza. Ahora entendía todo aquello, se sentía
culpable, de lo ocurrido en Aogiri, de haber perdió contra su propio hermano.
Se culpaba por ser débil de la misma forma que él. No eran tan diferentes como
pensaba.
-Touka-dijo-solo te lo pediré una vez más… vete al refugio y no
vuelvas.
Pero la joven ghoul ignoro su petición. Kaneki la escucho correr hacía
él. No era tan rápido como ella. Así que simplemente se quedó quieto, esperando
a recibir una patada como la última vez. Abrió mucho los ojos, y se quedó
paralizado. Noto como las manos de Touka se entrelazaban en su cintura. Su
frente estaba apoyada en su espalda. Podía notar el calor que emanaba su
cuerpo. Su respiración, el latido de su corazón desbocado.
Por un momento, simplemente se quedó quieto. Busco las manos de Touka,
y las entrelazo entre las suyas. En el edificio, solo había en el la estructura
de metal, las columnas rojo oscuro, los suelos de hormigón. Observo todos
aquellos detalles, con la mente totalmente en blanco. El viento se había
llevado sus pensamientos de un soplido. Podía notar la figura de su amiga en su
espalda. Tan débil como la suya.
-Touka… yo…- se detuvo sin saber que decir, incluso le costaba pensar
en las palabras que tenía que decir. La iba a dejar allí de nuevo, sola. No
podía llevarla consigo al campo de batalla, otra vez no. Tenía toda una vida
por delante. Era extraño, pero no pensaba de la misma forma para sí mismo. – Deberías
de…
-No hables por mí misma-dijo- no sabes que quiero hacer. Déjame
decidir por mí misma.
Kaneki rozo las manos de Touka, era suaves, y las hubiera considerado
las de una persona débil sino hubiese sido porque la conocía. Era fuerte, una
guerrera poderosa. Por primera vez, no quería moverse, tenía una sensación extraña
recorriéndole el estómago. Pero sabía que debía ir a ayudar la gente de Anteiku
que se había quedado en el café. Intento moverse de alguna forma, pero no pudo
Touka lo agarro con aun más fuerza que antes.
-Touka no hay vuelta atrás-dijo, intentando parecer lo más fuerte
posible- yo iré, y tú te quedaras aquí. No mereces pasar por esto.
Intento soltarse de la muchacha, sin hacerle daño, tenía más fuerza
que ella, de eso estaba seguro. Le aparto los brazos que rodeaban sin apenas
esfuerzo aparente, pero Touka no se rindió. Como si de una garrapata se
tratase, se agarró a la tela de sus ropas de combate, pero esta vez lo hizo por
delante. Pudo verle la cara. Había estado llorando. Se miraron fijamente
durante algunos minutos. Kaneki no pudo evitar acariciar su cabello violeta,
sus mejillas, recogió algunas lágrimas de sus ojos, hasta sus labios. Se paró
allí, lo rozo durante algunos segundos. Kaneki abrió la cremallera de su máscara.
-Touka por favor suéltame- se notaba la angustia en su voz, sino lo
hacía, tendría que quitársela de encima por la fuerza.
-No me dejes sola…
Por primera vez, Kaneki la abrazo. La atrajo hacía él. Necesitaba
tenerla cerca.
-Más sola te sentirás sino voy Touka-dijo- esto lo hago por vosotros.
Por favor suéltame.
Kaneki, cayó sobre su hombro. Aspiro el aroma de la muchacha. Olía
vainilla y a sudor. Todo lo alejado de ellos dos le era irrelevante. Touka le
toco el cabello blanco, se lo acaricio con cuidado. Era como si fuera a
romperse en cualquier momento.
-No puedes cargar todo el peso sobre tus hombros- dijo- deja de
engañarte, por favor.
-No puedo hacerlo-dijo con voz entrecortada- no podría perdonármelo.
Sin razón, Touka lo beso. Se quedó parado, sin saber qué hacer. Sus
manos de golpe quemaban sin saber porque. No se esperaba aquello y menos aún de
aquella forma. Kaneki la atrajo hacía si, buscando el calor de su cuerpo. Un
roce simple, hizo que Touka temblase. Por alguna razón, hizo que aquello le
provocase una excitación. El choque de sus labios fue algo brusco. Los dos eran
bastante inexpertos. De alguna forma supieron llevarlo. Se buscaron mutuamente,
con urgencia, era como si sus pulmones buscasen aire. En un principio eran
dulces, cuidadosos, Kaneki parecía esperar que Touka lo rechazase en cualquier
momento. La muchacha simplemente se quedó quieta. Sus manos agarraban con
fuerza la tela de los hombros, pensando que fuera a salir corriendo en
cualquier momento.
Se separaron bruscamente, buscando aire. Se miraron a los ojos, sin
saber exactamente que decir o hacer. Touka seguía sin soltarle y Kaneki (sin
saber cómo) había acabado con las manos en su cintura. El joven, se terminó de
quitar la máscara, dejándola en su cuello. Con ansias, volvió a atraerla hacía
él. En aquellos momentos, ansiaba
tenerla cerca más que otra cosa. Volvió a besarla, pero esta vez, con más
ansias, buscándola. De alguna forma, sus lenguas se juntaron. Touka gimió,
intentando amoldarse a su cuerpo. Aquello solo hizo que Kaneki se excitara
incluso más.
Entonces noto que estaba demasiado “excitado”. Se avergonzó de ello. Intento
que su compañera no lo notara. Dejo sus labios y se dirigió al cuello de la
joven. Lo beso con lentitud, con extrema dulzura. Touka metió las manos entre
su cabello blanco, atrayéndolo con más fuerza. Estaba igual de excitado que él
o eso le parecía. Se sentía tremendamente inseguro ante aquella situación. Su erección
crecía por momentos y sus pantalones estaban a punto de explotar por momentos.
Touka no tardo en notarlo.
Su pierna rozo brevemente la entrepierna de Kaneki, pero fue
suficiente como para que lo notara. Se quedó parada durante algunos segundos. Aquello
se le hizo eterno al joven, pero la joven ghoul no tardo nada en reaccionar.
Poso su mano en el bulto de su entrepierna. Lo rozo con las yemas de los dedos
en un primer momento. Kaneki gimió, sus piernas se volvieron gelatina durante
unos segundos. De golpe sentía como si perdiera la fuerza. Su mente estaba
totalmente en blanco. Touka no se detuvo. Siguió rozando la entrepierna de
Kaneki durante varios minutos, no intento detenerla, simplemente no sabía
exactamente qué hacer o cómo reaccionar. Se dejó llevar por la excitación.
Touka bajo la cremallera de su pantalón. Kaneki ni si quiera intento
detenerla. Con apenas una fina pieza de tela que les separaba, la joven continuo
con el masaje superficial. Las piernas terminaron de fallarle y perdió el
equilibrio, chocando contra una de las
columnas rojas de la obra. La erección ya empezaba a dolerle, y de alguna forma
deseaba más de aquello. Touka se agacho y lamio la tela, con lentitud, sin
dejar de mirarlo a los ojos. Kaneki solo pudo reprimir los gemidos, mordiéndose
el labio. La muchacha, termino de retirar la tela y dejo al descubierto la erección.
-Touka tu no quieres esto-dijo, por primera vez, su respiración era
entre cortada- voy a ir igualmente a…
No pudo terminar la frase. Un gemido surgió de su boca, más fuerte que
los anteriores. Touka lamio su miembro y aquello hizo que se volviera loco. Se intentó
apoyar como pudo en la columna, pero acabo en el suelo, con su antigua
compañera de trabajo entre sus piernas. Beso la punta, y continúo jugando con el
miembro de Kaneki. Lo beso, lamio con lentitud, como si de una danza se
tratase. El muchacho opto simplemente por taparse la cara, avergonzado ¿Se
sentía obligada la muchacha a hacer aquello para detenerle? Kaneki no tuvo
mucho tiempo para pensarlo. Touka metió en su boca todo el miembro del joven,
que ya no pudo resistirlo más y enredo sus dedos en su cabello. Con lentitud le
fue marcando el ritmo, gimiendo sin poder evitarlo. Disfrutaba de aquello. De
la sensación de placer que le recorría el cuerpo con lentitud. Había olvidado
su misión por un momento.
Finalmente exploto. Presiono la cabeza de Touka. La última oleada de
placer recorrió su cuerpo. Arqueo la espalda. Cerró los ojos, intentando
recuperar la normalidad en su respiración. Se sentía pesado. Su mente estaba
totalmente en blanco. Pudo escuchar como Touka, tosía, pero realmente, se
sentía demasiado cansado como para pensar en ello.
De golpe, se sintió tremendamente enfadado con Touka ¿Todo ello era
solo por detenerlo o se había dejado llevar como había hecho él? Pensaba
averiguarlo. Habiendo recuperado algo de sus fuerzas, agarro los brazos de
Touka por encima de su cabeza, inmovilizándola en el suelo con brusquedad, pero
esta ni se resistió. Su rostro mostraba una expresión inalterable. Como una
diosa de alabastro. Sintió como su erección crecía de nuevo lentamente. El
pensamiento de verla gemir le era suficiente como para excitarlo.
Se agacho sin soltarla, lamio y beso el lóbulo de oreja con lentitud.
Quería verla desesperada. Los gemidos no tardaron en llegar, y a cada uno, su erección
era mucho mayor. Ahora sentía que tenía el control de la situación. Nadia se le
interponía para hacer lo que quisiera. Volvió a los labios, pero beso la
comisura de estos con lentitud. Noto como se removía, arqueándose, buscando un
beso que no se producía. Apropósito, apoyo una de sus piernas en la entrepierna
de su compañera, incluso con una capa de tela, pudo notar la humedad. Estaba
totalmente mojada. Apenas se detuvo en su cuello y fue directo a su pecho.
Desgarro su camiseta de un mordisco. La piel de su pecho esta erizada. Temblaba
del frío, pero no se movió, impasible continúo mirándolo. Desgarro la tela del
sujetador rojo con lunares blancos. Los pechos de Touka quedaron al
descubierto. Podía ver su respiración agitada reflejada en su torso.
Los lamio con lentitud desde la zona inferior. Los gemidos escaparon
de la boca de Touka sin que ella pudiera evitarlo. Kaneki disfruto de aquella sensación
de control que tenía sobre la joven. Se detuvo en sus pezones, lamiéndolos con
fiereza, mordisqueándolos, con demasiada fuerza. Ella solo se removía, pero sin
resistirse. Kaneki no había notado ningún signo de resistencia.
-Levántate- le dijo, mientras le soltaba las manos, Touka. Obedeció
sin rechistar- apóyate en la columna.
Temblorosa, hizo lo que le ordeno. Aun sentado en el suelo, pudo ver
por debajo de su falda. Incluso a oscuras, era capaz de captar lo mojada que
estaba. Se levantó, y paso un dedo por sus húmedas braguitas. Se estremeció con
tan solo el tacto de sus dedos deslizándose por su zona más íntima, inexplorable
para cualquier hombre. Con brusquedad, la hizo postrarse, casi estaba a cuatro
patas. La quería ver en aquella posición tan vulnerable. Totalmente bajo su
poder. Levanto la falda. Dejando al descubierto su hermoso trasero, tembloroso,
y casi esperaba que deseos de ser penetrado. Le bajo las braguitas con lentitud,
y por primera vez pudo observar su parte más íntima, totalmente mojada,
chorreando jugos por todos lados. Apenas le hizo falta, pasar un dedo para
comprobar lo excitada que estaba Touka.
-Pídeme que te monte-le susurró al oído, mientras masajeaba su clítoris
con brusquedad.
La única respuesta que recibió fueron los jadeos de la joven.
-Tú lo has querido- susurro enfadado.
Su pene, penetro con fuerza a Touka, que grito de dolor, penetrándola con
brusquedad. Durante algunos segundos se quedó quieto, esperando alguna
respuesta por su parte, pero se mantuvo inmovil. Aquello incluso le enfado más.
La sujeto de la cintura y la embistió con fuerza. Touka grito de dolor, pero
Kaneki la ignoro. El poder lo era todo y en aquel momento lo estaba disfrutando
más que nunca, junto con el placer que recorría su cuerpo con oleadas. Estaba
tan concentrado, que no escucho en un primer momento los sollozos de su
compañera. Había estado mirando a la columna en todo momento y no le había
mirado el rostro. Se detuvo en seco, y salió de ella. Por primera vez vio la
sangre en el suelo de hormigón.
-Lo siento mucho Touka-dijo, bajándole la falda, y subiéndole las
bragas. Con la camiseta no podría hacer nada.
El mismo, se subió la cremallera de su pantalón y se dispuso a irse,
pero Touka volvió a detenerlo.
-Al menos-dijo con voz entrecortada- déjame intentar persuadirte.
-No quiero que uses tu cuerpo para eso-dijo, y por primera vez vio su
rostro surcado de lágrimas y sintió como si un monstruo devorase su estómago.
-Pues finaliza lo que has empezado- en cualquier momento parecía que
se iba a poner a llorar de nuevo, y no quería eso.
-En realidad has empezado tu-dijo sonriendo amargamente.
-Pues yo lo finalizare.
De nuevo, se abalanzó sobre él y lo tiro al suelo. Podría haber
pensado que estaba segura de sí misma sino hubiese notado los temblores que
emanaba su piel. Lo beso, buscando con necesidad su boca. Kaneki se abrazó a su
cintura, atrayéndola hacía su cuerpo, Touka enredo sus dedos en su cabello
blanco, atrayéndolo con fuerza a su boca. La excitación fue creciendo de nuevo
en sus cuerpos de nuevo. Pero aquella vez se lo tomaron con más tranquilidad,
como si tuvieran todo el tiempo del mundo. Touka desabrocho su camiseta y se posó
encima de él. Deslizo sus manos por todo su torso bien definido, lo beso con
delicadeza. Kaneki se estremeció y disfruto de las sensaciones. Touka lamio y
mordisqueo sus pezones, el joven supuso que debía de ser una especie de
venganza, pero se lo callo y la disfruto. Se le escaparon algunos gemidos
entrecortados de sus labios pero no pudo evitarlos.
Su mano descendió de nuevo hasta el bulto de sus piernas, pero lo
libero enseguida. Esta vez Kaneki cambio de posición y se puso encima de su
compañera, intentando no aplastarla con su peso. Le bajo las bragas, con miedo
a ser brusco de nuevo. Su sexo volvió a quedar al descubierto, lo rozo para
asegurarse de que seguía humeado y comprobó aliviado que así era.
-Intentare ser cuidadoso esta vez.
-Te lo dejo todo en tus manos-sonrió Touka sincera.
Penetro sin problemas. Vio como Touka reprimía las lágrimas. La beso
intentando tranquilizarla, mientras comenzaba a moverse con la lentitud. La
joven, metió las manos debajo de su camiseta acariciando su espalda con
lentitud. Sus respiraciones entrecortadas por los besos, sus corazones
acelerados.
Touka comenzó a gemir como una loca, sin poder evitarlo. Las oleadas
de calor recorrían su cuerpo constantemente. Agarro con tal fuerza su espalda
que le profirió varios arañazos. Kaneki supuso que estaba disfrutando de todo
aquello.
Entonces noto que llegaba el momento. El interior de Touka se
estremecía. Las embestidas eran cada vez más fuertes, y esta vez era la misma
muchacha pidiéndole mayor intensidad. Sus caderas se apegaban cada vez más al
erecto pene de Kaneki. Entonces exploto
y no pudo evitar que de sus labios surgiera otro gemido. Touka le clavo las
uñas en la espalda con mayor fuerza. Noto como su interior se encogía.
Los dos se quedaron exhaustos, abrazados.
Kaneki se levantó e abrocho, mientras observaba a la desamparada Touka.
-Debo salvarles.
Cuando Kaneki se fue, cuando se quedó totalmente a solas. Sollozo de
nuevo.
-No me dejes sola.
Es algo distinto a los lemon que he escrito hasta ahora, creo que es bastante más largo que le ultimo. Ademas de que creo que es bastante distinto a ello. Cuando escribo este tipo de historias, me gusta ponerlas en un contexto histórico que no llegue a afectar realmente. Esta vez creo que hice lo mismo (creo) Espero que lo hayan disfrutado tanto como yo.
Es algo distinto a los lemon que he escrito hasta ahora, creo que es bastante más largo que le ultimo. Ademas de que creo que es bastante distinto a ello. Cuando escribo este tipo de historias, me gusta ponerlas en un contexto histórico que no llegue a afectar realmente. Esta vez creo que hice lo mismo (creo) Espero que lo hayan disfrutado tanto como yo.