sábado, 31 de enero de 2015

Touken [Tokyo Ghoul] Lemon

Bueno bueno XD aquí traigo uno de los regalos que prometí. Debo aceptar que tarde más de 10 horas en escribirlo, durante ese tiempo, sufrí distintas formas de paradas mentales y faltas de inspiración XDDD ademas de que no encontré muchos doujinshis lemons de tokyo ghoul, y los que encontré fueron  todos yaoi (no los rechazo, pero nunca me ha dado por escribir uno) Y lo susodicho, aquí esta.

-¡No puedes irte!-grito.
Kaneki se detuvo en seco. Podría haber reconocido aquella voz en cualquier lugar y en cualquier momento. Suspiro, no agobiado, sino cansado. Un cansancio que llevaba cargando desde hacía tiempo y no parecía que fuese a irse nunca. Cargaba con ello sobre sus hombros el solo. En aquel momento era tan pesado que ya estaba cansando de ello. Sus hombros estaban caídos, pero su voluntad era firme como el hierro.
 El edificio en obras a su alrededor se cernía sobre ellos…
-Touka…-murmuro, pero ella podía escucharle perfectamente incluso desde aquella distancia, debían de ser diez metros. Paso las manos por la cara, intentando pensar que debía decirle sin sonar brusco ni borde- No deberías de estar aquí. Yo salvare al viejo y a Anteiku. Yo…
-¿Y quién te salvar a ti?- dijo la joven ghoul, su voz hizo a Kaneki estremecerse. Arrastraba las palabras- ¿Quién asegura que no morirás allí? ¿Y si todos ellos mueren? ¿De qué habrá servido tu sacrificio? ¡Idiota!
Lo único que pudo hacer Kaneki fue sonreír con tristeza. Incluso él se sentía un poco… como si fuese a la guerra. No sabía si volvería con vida o no. Pero prefería no pensar en aquello. Salvaría a todos, y volverían. Así Touka no tendría que volver a sentirse sola…
-Por favor Touka…-murmuro- para y vete al refugio. Si te acercas más la CCG podría verte y esto no podría acabar bien.
Kaneki ya iba vestido con su traje de combate y su máscara cubría su rostro. Era todo o nada. La tela negra se pegaba a su cuerpo perfectamente. Se sentía como una autentica máquina de matar, dispuesta a todo por su objetivo.  Sus músculos ya no eran más que mecanismos, preparados para desgarrar y matar. Ya no quedaba nada débil en su cuerpo. Durante aquellos meses, se había molestado para que no quedase debilidad en el mismo. A veces, se miraba en el espejo y ni si quiera era capaz de reconocerse a sí mismo. Pero había cambiado para poder sobrevivir.
-¡No puedo irme y dejarte solo!-grito Touka, estaba perdiendo el control sobre sí misma. Kaneki sospechaba que explotaría en breve- No puedo dejarte caer solo, esta vez no.
Kaneki agacho la cabeza. Ahora entendía todo aquello, se sentía culpable, de lo ocurrido en Aogiri, de haber perdió contra su propio hermano. Se culpaba por ser débil de la misma forma que él. No eran tan diferentes como pensaba.
-Touka-dijo-solo te lo pediré una vez más… vete al refugio y no vuelvas.
Pero la joven ghoul ignoro su petición. Kaneki la escucho correr hacía él. No era tan rápido como ella. Así que simplemente se quedó quieto, esperando a recibir una patada como la última vez. Abrió mucho los ojos, y se quedó paralizado. Noto como las manos de Touka se entrelazaban en su cintura. Su frente estaba apoyada en su espalda. Podía notar el calor que emanaba su cuerpo. Su respiración, el latido de su corazón desbocado.
Por un momento, simplemente se quedó quieto. Busco las manos de Touka, y las entrelazo entre las suyas. En el edificio, solo había en el la estructura de metal, las columnas rojo oscuro, los suelos de hormigón. Observo todos aquellos detalles, con la mente totalmente en blanco. El viento se había llevado sus pensamientos de un soplido. Podía notar la figura de su amiga en su espalda. Tan débil como la suya.
-Touka… yo…- se detuvo sin saber que decir, incluso le costaba pensar en las palabras que tenía que decir. La iba a dejar allí de nuevo, sola. No podía llevarla consigo al campo de batalla, otra vez no. Tenía toda una vida por delante. Era extraño, pero no pensaba de la misma forma para sí mismo. – Deberías de…
-No hables por mí misma-dijo- no sabes que quiero hacer. Déjame decidir por mí misma.
Kaneki rozo las manos de Touka, era suaves, y las hubiera considerado las de una persona débil sino hubiese sido porque la conocía. Era fuerte, una guerrera poderosa. Por primera vez, no quería moverse, tenía una sensación extraña recorriéndole el estómago. Pero sabía que debía ir a ayudar la gente de Anteiku que se había quedado en el café. Intento moverse de alguna forma, pero no pudo Touka lo agarro con aun más fuerza que antes.
-Touka no hay vuelta atrás-dijo, intentando parecer lo más fuerte posible- yo iré, y tú te quedaras aquí. No mereces pasar por esto.
Intento soltarse de la muchacha, sin hacerle daño, tenía más fuerza que ella, de eso estaba seguro. Le aparto los brazos que rodeaban sin apenas esfuerzo aparente, pero Touka no se rindió. Como si de una garrapata se tratase, se agarró a la tela de sus ropas de combate, pero esta vez lo hizo por delante. Pudo verle la cara. Había estado llorando. Se miraron fijamente durante algunos minutos. Kaneki no pudo evitar acariciar su cabello violeta, sus mejillas, recogió algunas lágrimas de sus ojos, hasta sus labios. Se paró allí, lo rozo durante algunos segundos. Kaneki abrió la cremallera de su máscara.
-Touka por favor suéltame- se notaba la angustia en su voz, sino lo hacía, tendría que quitársela de encima por la fuerza.
-No me dejes sola…
Por primera vez, Kaneki la abrazo. La atrajo hacía él. Necesitaba tenerla cerca.
-Más sola te sentirás sino voy Touka-dijo- esto lo hago por vosotros. Por favor suéltame.
Kaneki, cayó sobre su hombro. Aspiro el aroma de la muchacha. Olía vainilla y a sudor. Todo lo alejado de ellos dos le era irrelevante. Touka le toco el cabello blanco, se lo acaricio con cuidado. Era como si fuera a romperse en cualquier momento.
-No puedes cargar todo el peso sobre tus hombros- dijo- deja de engañarte, por favor.
-No puedo hacerlo-dijo con voz entrecortada- no podría perdonármelo.
Sin razón, Touka lo beso. Se quedó parado, sin saber qué hacer. Sus manos de golpe quemaban sin saber porque. No se esperaba aquello y menos aún de aquella forma. Kaneki la atrajo hacía si, buscando el calor de su cuerpo. Un roce simple, hizo que Touka temblase. Por alguna razón, hizo que aquello le provocase una excitación. El choque de sus labios fue algo brusco. Los dos eran bastante inexpertos. De alguna forma supieron llevarlo. Se buscaron mutuamente, con urgencia, era como si sus pulmones buscasen aire. En un principio eran dulces, cuidadosos, Kaneki parecía esperar que Touka lo rechazase en cualquier momento. La muchacha simplemente se quedó quieta. Sus manos agarraban con fuerza la tela de los hombros, pensando que fuera a salir corriendo en cualquier momento.
Se separaron bruscamente, buscando aire. Se miraron a los ojos, sin saber exactamente que decir o hacer. Touka seguía sin soltarle y Kaneki (sin saber cómo) había acabado con las manos en su cintura. El joven, se terminó de quitar la máscara, dejándola en su cuello. Con ansias, volvió a atraerla hacía él.  En aquellos momentos, ansiaba tenerla cerca más que otra cosa. Volvió a besarla, pero esta vez, con más ansias, buscándola. De alguna forma, sus lenguas se juntaron. Touka gimió, intentando amoldarse a su cuerpo. Aquello solo hizo que Kaneki se excitara incluso más.
Entonces noto que estaba demasiado “excitado”. Se avergonzó de ello. Intento que su compañera no lo notara. Dejo sus labios y se dirigió al cuello de la joven. Lo beso con lentitud, con extrema dulzura. Touka metió las manos entre su cabello blanco, atrayéndolo con más fuerza. Estaba igual de excitado que él o eso le parecía. Se sentía tremendamente inseguro ante aquella situación. Su erección crecía por momentos y sus pantalones estaban a punto de explotar por momentos. Touka no tardo en notarlo.
Su pierna rozo brevemente la entrepierna de Kaneki, pero fue suficiente como para que lo notara. Se quedó parada durante algunos segundos. Aquello se le hizo eterno al joven, pero la joven ghoul no tardo nada en reaccionar. Poso su mano en el bulto de su entrepierna. Lo rozo con las yemas de los dedos en un primer momento. Kaneki gimió, sus piernas se volvieron gelatina durante unos segundos. De golpe sentía como si perdiera la fuerza. Su mente estaba totalmente en blanco. Touka no se detuvo. Siguió rozando la entrepierna de Kaneki durante varios minutos, no intento detenerla, simplemente no sabía exactamente qué hacer o cómo reaccionar. Se dejó llevar por la excitación.
Touka bajo la cremallera de su pantalón. Kaneki ni si quiera intento detenerla. Con apenas una fina pieza de tela que les separaba, la joven continuo con el masaje superficial. Las piernas terminaron de fallarle y perdió el equilibrio, chocando contra  una de las columnas rojas de la obra. La erección ya empezaba a dolerle, y de alguna forma deseaba más de aquello. Touka se agacho y lamio la tela, con lentitud, sin dejar de mirarlo a los ojos. Kaneki solo pudo reprimir los gemidos, mordiéndose el labio. La muchacha, termino de retirar la tela y dejo al descubierto la erección.
-Touka tu no quieres esto-dijo, por primera vez, su respiración era entre cortada- voy a ir igualmente a…
No pudo terminar la frase. Un gemido surgió de su boca, más fuerte que los anteriores. Touka lamio su miembro y aquello hizo que se volviera loco. Se intentó apoyar como pudo en la columna, pero acabo en el suelo, con su antigua compañera de trabajo entre sus piernas.  Beso la punta, y continúo jugando con el miembro de Kaneki. Lo beso, lamio con lentitud, como si de una danza se tratase. El muchacho opto simplemente por taparse la cara, avergonzado ¿Se sentía obligada la muchacha a hacer aquello para detenerle? Kaneki no tuvo mucho tiempo para pensarlo. Touka metió en su boca todo el miembro del joven, que ya no pudo resistirlo más y enredo sus dedos en su cabello. Con lentitud le fue marcando el ritmo, gimiendo sin poder evitarlo. Disfrutaba de aquello. De la sensación de placer que le recorría el cuerpo con lentitud. Había olvidado su misión por un momento.
Finalmente exploto. Presiono la cabeza de Touka. La última oleada de placer recorrió su cuerpo. Arqueo la espalda. Cerró los ojos, intentando recuperar la normalidad en su respiración. Se sentía pesado. Su mente estaba totalmente en blanco. Pudo escuchar como Touka, tosía, pero realmente, se sentía demasiado cansado como para pensar en ello.
De golpe, se sintió tremendamente enfadado con Touka ¿Todo ello era solo por detenerlo o se había dejado llevar como había hecho él? Pensaba averiguarlo. Habiendo recuperado algo de sus fuerzas, agarro los brazos de Touka por encima de su cabeza, inmovilizándola en el suelo con brusquedad, pero esta ni se resistió. Su rostro mostraba una expresión inalterable. Como una diosa de alabastro. Sintió como su erección crecía de nuevo lentamente. El pensamiento de verla gemir le era suficiente como para excitarlo.
Se agacho sin soltarla, lamio y beso el lóbulo de oreja con lentitud. Quería verla desesperada. Los gemidos no tardaron en llegar, y a cada uno, su erección era mucho mayor. Ahora sentía que tenía el control de la situación. Nadia se le interponía para hacer lo que quisiera. Volvió a los labios, pero beso la comisura de estos con lentitud. Noto como se removía, arqueándose, buscando un beso que no se producía. Apropósito, apoyo una de sus piernas en la entrepierna de su compañera, incluso con una capa de tela, pudo notar la humedad. Estaba totalmente mojada. Apenas se detuvo en su cuello y fue directo a su pecho. Desgarro su camiseta de un mordisco. La piel de su pecho esta erizada. Temblaba del frío, pero no se movió, impasible continúo mirándolo. Desgarro la tela del sujetador rojo con lunares blancos. Los pechos de Touka quedaron al descubierto. Podía ver su respiración agitada reflejada en su torso.
Los lamio con lentitud desde la zona inferior. Los gemidos escaparon de la boca de Touka sin que ella pudiera evitarlo. Kaneki disfruto de aquella sensación de control que tenía sobre la joven. Se detuvo en sus pezones, lamiéndolos con fiereza, mordisqueándolos, con demasiada fuerza. Ella solo se removía, pero sin resistirse. Kaneki no había notado ningún signo de resistencia.
-Levántate- le dijo, mientras le soltaba las manos, Touka. Obedeció sin rechistar- apóyate en la columna.
Temblorosa, hizo lo que le ordeno. Aun sentado en el suelo, pudo ver por debajo de su falda. Incluso a oscuras, era capaz de captar lo mojada que estaba. Se levantó, y paso un dedo por sus húmedas braguitas. Se estremeció con tan solo el tacto de sus dedos deslizándose por su zona más íntima, inexplorable para cualquier hombre. Con brusquedad, la hizo postrarse, casi estaba a cuatro patas. La quería ver en aquella posición tan vulnerable. Totalmente bajo su poder. Levanto la falda. Dejando al descubierto su hermoso trasero, tembloroso, y casi esperaba que deseos de ser penetrado. Le bajo las braguitas con lentitud, y por primera vez pudo observar su parte más íntima, totalmente mojada, chorreando jugos por todos lados. Apenas le hizo falta, pasar un dedo para comprobar lo excitada que estaba Touka. 
-Pídeme que te monte-le susurró al oído, mientras masajeaba su clítoris con brusquedad.
La única respuesta que recibió fueron los jadeos de la joven.
-Tú lo has querido- susurro enfadado.
Su pene, penetro con fuerza a Touka, que grito de dolor, penetrándola con brusquedad. Durante algunos segundos se quedó quieto, esperando alguna respuesta por su parte, pero se mantuvo inmovil. Aquello incluso le enfado más. La sujeto de la cintura y la embistió con fuerza. Touka grito de dolor, pero Kaneki la ignoro. El poder lo era todo y en aquel momento lo estaba disfrutando más que nunca, junto con el placer que recorría su cuerpo con oleadas. Estaba tan concentrado, que no escucho en un primer momento los sollozos de su compañera. Había estado mirando a la columna en todo momento y no le había mirado el rostro. Se detuvo en seco, y salió de ella. Por primera vez vio la sangre en el suelo de hormigón.
-Lo siento mucho Touka-dijo, bajándole la falda, y subiéndole las bragas. Con la camiseta no podría hacer nada.
El mismo, se subió la cremallera de su pantalón y se dispuso a irse, pero Touka volvió a detenerlo.
-Al menos-dijo con voz entrecortada- déjame intentar persuadirte.
-No quiero que uses tu cuerpo para eso-dijo, y por primera vez vio su rostro surcado de lágrimas y sintió como si un monstruo devorase su estómago.
-Pues finaliza lo que has empezado- en cualquier momento parecía que se iba a poner a llorar de nuevo, y no quería eso.
-En realidad has empezado tu-dijo sonriendo amargamente.
-Pues yo lo finalizare.
De nuevo, se abalanzó sobre él y lo tiro al suelo. Podría haber pensado que estaba segura de sí misma sino hubiese notado los temblores que emanaba su piel. Lo beso, buscando con necesidad su boca. Kaneki se abrazó a su cintura, atrayéndola hacía su cuerpo, Touka enredo sus dedos en su cabello blanco, atrayéndolo con fuerza a su boca. La excitación fue creciendo de nuevo en sus cuerpos de nuevo. Pero aquella vez se lo tomaron con más tranquilidad, como si tuvieran todo el tiempo del mundo. Touka desabrocho su camiseta y se posó encima de él. Deslizo sus manos por todo su torso bien definido, lo beso con delicadeza. Kaneki se estremeció y disfruto de las sensaciones. Touka lamio y mordisqueo sus pezones, el joven supuso que debía de ser una especie de venganza, pero se lo callo y la disfruto. Se le escaparon algunos gemidos entrecortados de sus labios pero no pudo evitarlos.
Su mano descendió de nuevo hasta el bulto de sus piernas, pero lo libero enseguida. Esta vez Kaneki cambio de posición y se puso encima de su compañera, intentando no aplastarla con su peso. Le bajo las bragas, con miedo a ser brusco de nuevo. Su sexo volvió a quedar al descubierto, lo rozo para asegurarse de que seguía humeado y comprobó aliviado que así era.
-Intentare ser cuidadoso esta vez.
-Te lo dejo todo en tus manos-sonrió Touka sincera.
Penetro sin problemas. Vio como Touka reprimía las lágrimas. La beso intentando tranquilizarla, mientras comenzaba a moverse con la lentitud. La joven, metió las manos debajo de su camiseta acariciando su espalda con lentitud. Sus respiraciones entrecortadas por los besos, sus corazones acelerados.
Touka comenzó a gemir como una loca, sin poder evitarlo. Las oleadas de calor recorrían su cuerpo constantemente. Agarro con tal fuerza su espalda que le profirió varios arañazos. Kaneki supuso que estaba disfrutando de todo aquello.
Entonces noto que llegaba el momento. El interior de Touka se estremecía. Las embestidas eran cada vez más fuertes, y esta vez era la misma muchacha pidiéndole mayor intensidad. Sus caderas se apegaban cada vez más al erecto pene de Kaneki.  Entonces exploto y no pudo evitar que de sus labios surgiera otro gemido. Touka le clavo las uñas en la espalda con mayor fuerza. Noto como su interior se encogía.
Los dos se quedaron exhaustos, abrazados.
Kaneki se levantó e abrocho, mientras observaba a la desamparada Touka.
-Debo salvarles.
Cuando Kaneki se fue, cuando se quedó totalmente a solas. Sollozo de nuevo.

-No me dejes sola. 

Es algo distinto a los lemon que he escrito hasta ahora, creo que es bastante más largo que le ultimo. Ademas de que creo que es bastante distinto a ello. Cuando escribo este tipo de historias, me gusta ponerlas en un contexto histórico que no llegue a afectar realmente. Esta vez creo que hice lo mismo (creo) Espero que lo hayan disfrutado tanto como yo.

4 comentarios:

  1. Esto era lo que faltaba en Tokyo Ghoul xD

    Estuvo bastante entretenido y bien redactado, pero, por alguna extraña razón, me pareció un poco shojo xDDD

    Saludos.

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    1. Pues esa no era la idea en un primer momento.
      Igualmente me agrada que te haya gustado.

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  2. Me gusto podrías hacer otra parte hací como él reencuentro , me facino estuvo muy bueno , le falto esto al anime

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  3. Me gusto podrías hacer otra parte hací como él reencuentro , me facino estuvo muy bueno , le falto esto al anime

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