viernes, 1 de junio de 2012

Reseña Cazadores de Sombras 1. Ciudad de Hueso




Sinopsis:
En el Pandemónium, la discoteca de moda en Nueva York, Clary, sigue un atractivo chico de pelo azul hasta que presencia su muerte a mano de tres jóvenes cubiertos de extraños tatuajes. Desde esa noche, su destino al de esos tres cazadores de sombras, guerreros dedicados a liberar la tierra de demonios, y sobre todo al de Jace, un chico con aspecto de ángel y con tendencia a actuar como un idiota...

Sin Spoilers
Este es uno de los libros que más me ha gustado, para que mentir, lo tiene todo: amor no correspondido, un malo que no sera nada fácil de derrotar, acción, y fantasía. La historia se centra en Jace, un chico muy mal educado, pero os lo digo en serio, no podréis dejar de pensar en el hasta que no os acabéis el libro, tiene un pasado algo oscuro. Os sentiréis como en la misma ciudad de Nueva York, y tendréis ganas de ir a visitarla.
Es como una montaña rusa, en un momento estas riéndote y al siguiente tendréis ganas de matar a alguien, es pura emoción. El final os dejara pasmados, tendréis preguntas sin respuesta hasta el ultimo libro, ahí que ser paciente.
Y para los que ya lo habréis leído, aquí tenéis un adelanto del ultimo libro: Ciudad de las almas perdidas:



En España aun no ha sido publicado =(, pero por ahora les dejo con el Prologo y el primer capitulo.


Prólogo

Simon se levantó y se quedó aturdido en la puerta de su casa.

Nunca había conocido otro hogar. Era la casa en la que sus padres le habían llevado cuando él nació. Había crecido dentro de aquellas paredes adosadas de Brooklyn. Había jugado en la calle bajo la frondosa sombra de los árboles en verano, y había hecho los trineos improvisados con las tapas de la basura en invierno. En aquella casa toda su familia se había sentado en el shivá después de que su padre muriera. Aquí había besado a Clary, por primera vez.

Nunca había imaginado que un día la puerta de aquella casa se cerraría para él. La última vez que había visto a su madre, ella lo había llamado monstruo y rezo para que él se marchara. Él le había hecho olvidar que era un vampiro con un glamour, pero no sabía cuánto tiempo duraría el glamour. Mientras estaba en el aire frío del otoño, mirando fijamente delante de él, sabía que no había durado bastante.

La puerta estaba cubierta con estrellas de David salpicadas en la pintura, la forma de una incisión de un símbolo de Chai, que represetaba la vida. Tefilín se unía a la perilla de la puerta. Hamesh, la mano de Dios, cubiertos por una mirilla.

Aturdido colocó su mano sobre la mezuzá de metal colocada en el lado derecho de la puerta. Vio como el humo se eleva desde el lugar en donde su mano tocó el símbolo sagrado, pero no sentía nada. No había dolor. Sólo una blancura terrible y vacía subiendo poco a poco en una rabia fría.

Pateó la parte inferior de la puerta y escuchó el eco por toda la casa. "¡Mamá!" gritó. "Mamá, ¡soy yo!"

No hubo respuesta, sólo el sonido de los tornillos de la puerta. Su oído desarrollado había reconocido los pasos de su madre, su respiración, pero no dijo nada. Podía oler el miedo y el pánico incluso a través de la madera. "¡Mamá!" Su voz se quebró. "Mamá, esto es ridículo! ¡Déjame entrar! Soy yo, ¡Simon!"

"¡Fuera!" Su voz era áspera, irreconocible por el terror. "¡Asesino!"

"Yo no mato a gente." Simon apoyó la cabeza contra la puerta. Sabía que probablemente podría derribarla, ¿pero sería capay de hacerlo? "Te lo dije. Bebo sangre de animales."

La oyó susurrar en voz baja, varias palabras en hebreo. "Has matado a mi hijo", dijo. "Lo has matado y pusiste un monstruo en su lugar."

"Yo soy tu hijo."

"Usas su cara y hablas con su voz, ¡Pero no eres él! ¡No eres Simon!" Su voz se elevó a casi un grito. "Aléjate de mi casa antes de que te mate, monstruo!"

"Becky", dijo. Su rostro estaba mojado, levantó sus manos para tocarlo, y quedaron manchadas: Sus lágrimas eran de sangre. "¿Qué es lo que dijo Becky?"

"Manténte alejado de tu hermana." Simon escuchó un estruendo dentro de la casa, como si algo hubiera sido derribado.

"Mamá", dijo de nuevo, pero esta vez su voz no se levanto. Salió como un susurro ronco. Su mano había comenzado a palpitar. "Tengo que saber como esta Becky mamá, abre la puerta. Por favor"

"Mantente alejado de Becky!" Ella fue alejándose de la puerta, podía oírlo. Luego vino el sonido inconfundible de la puerta de la cocina al abrirse, el crujido del linóleo, mientras caminaba en él. El sonido de un cajón que se abría. De repente, se imaginó a su madre agarrando uno de los cuchillos.

Antes de que te mate, monstruo.

La idea le hizo retroceder sobre sus talones. Si ella le atacaba, la marca se activaría. La destruiría, al igual que había destruido a Lilith.

Bajó la mano y retrocedió lentamente, tropezando por las escaleras y a través de la acera, iría a buscar el tronco de uno de los grandes árboles que daban sombra a la manzana. Se quedó donde estaba, mirando a la puerta de su casa, marcada y desfigurada con los símbolos de odio de su madre para él.

No, se recordó. Ella no lo odiaba. Ella pensó que estaba muerto. Lo que odiaba era algo que no existía. Yo no soy lo que ella dice que yo soy.

No sabía cuánto tiempo tendría que estar allí mirando, si su teléfono no hubiera comenzado a vibrar en bolsillo de su chaqueta.

Alargó la mano hacia ella reflexivamente, dándose cuenta de que el patrón de las estrellas de David que le habían quemado estaban marcadas en la palma de su mano. Cambió de mano para poder poner el teléfono en su oído. "¿Hola?"

"¿Simon?" Era Clary. Se escuchaba sin aliento. "¿Dónde estás?"

"En casa", dijo e hizo una pausa. "La casa de mi madre," se corrigió. Su voz sonaba hueca y distante a sus propios oídos. "¿Por qué no estás en el Instituto? ¿Están todos bien?"

"De eso se trata", dijo. "Después de que te marchaste, Maryse volvió a bajar de la azotea, donde se suponía que Jace esperaba. No había nadie allí."

Simon se quedo mudo. Sin llegar a darse cuenta de que estaba haciendo, al igual que una muñeca mecánica, comenzó a caminar por la calle, hacia la estación de metro. "¿Qué quieres decir?, ¿Cómo que no había nadie allí?"

"Jace se ha ido," dijo ella, podía oír la tensión en su voz. "Y también Sebastian".

Simon se detuvo a la sombra de un árbol desnudo de ramas. "Pero él estaba muerto... Está muerto, Clary"

"Entonces dime por qué él no está allí, porque no", dijo su voz por fin se rompió. "No hay nada allí, solo una gran cantidad de sangre y vidrios rotos. Los dos se han ido, Simon. Jace se ha ido."




Agradezco a las chicas The mortal instruments, por traernos la mejor información sobre Cazadores de Sombras.

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