-La primera vez que abrí los ojos, la luz ya estaba allí. Era una luz amarillenta que apenas iluminaba un pequeña porción de la cueva. Cuando me dormía, y volvía a despertar, seguía allí. Jamas se apagaba ni daba signos de que fallara, simplemente iluminaba. Un día agarre un pequeña piedra y la lance contra la luz, esperando que se apagara, pero simplemente reboto y fue a parar a la parte oscura de la cueva. Observe como la piedra se alejaba, y tome un decisión, tocaría aquella luz.
>>Cada día me esforzaba mucho para llevar grandes rocas hasta la luz, quería llegar a tocarla, quería saber como se sentía al tener algo que no fuera frió, después de haber estado siempre en aquella cueva, quería ver y tocar algo distinto. Aquello me daba esperanzas.
>>Tras muchos días de duro trabajo lo conseguí, pero no toque aquella luz, algo trasparente no me lo permitía. Los golpee pero me fue imposible traspasarlo, en aquel momento me puse triste, porque pensé que jamas conseguiría tocarla, pero entonces ocurrió algo. Como salida de la nada, apareció una niña. Esa fue mi salvación.
-Bonita historia Viole, lastima que sean recuerdos pasados-dijo Hwa Ryun.
-Si, lastima...
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