Capitulo 3 Limbadh
El dragón rugió de nuevo, alcanzando su objetivo, Eva se consumió en las llamas, mientras sus gritos de dolor inundaban la calle.
-Eva despierta, es hora de ir a clase.
Un grito escapo de su garganta mientras se incorporaba, se sentía asustado, el corazón le iba a cien, su respiración era agitada. La puerta de la habitación se abrió.
-¿Estas bien Eva?- pregunto Erik.
Erik era su hermano mayor, rondaba por los diecisiete, tenía el pelo rubio oscuro, entre el de sus padres, sus ojos eran como los de Victoria, a pesar de ser castaños tenían algo en especial. Era más alto que Jack y aun no había dejado de crecer, incluso más alto que Christian.
-Estoy bien-le sonrió dulcemente- solo es una pesadilla
Su hermano salió de la habitación, devolviéndole la sonrisa. Eva se levanto lentamente, aun sentía su corazón palpitar fuertemente en el pecho, se desvistió y se puso el uniforme del colegio, al que había asistido su madre a su edad. Miro el despertador, eran las siete y media y el autobús llegaba en cinco minutos.
Bajo rápidamente con su mochila pegada a su espalda. En la entrada se encontraba Erik ya preparado para ir a la parada, que se encontraba a cien metros de la puerta. Cerraron la puerta de la verja, justo en el momento en que el autobús desaparecía en la carretera. Eva bujo y Erik dejo la mochila en el suelo.
-Tenemos que llamar a mama- dijo Erik sacando su móvil del bolsillo del uniforme- se ha ido al gimnasio pronto.
Aquella noche Eva apenas había podido dormir más de dos horas seguidas, las pesadillas con el dragón escarlata había sido constante, seguramente Erik se quedo hasta tarde chateando en el ordenador con alguno de sus amigos y por eso se les había hecho tarde.
<>
Eva se volvió hacía todos los lados, había vuelto a escuchar una voz en su cabeza, esta vez le había sonado demasiado cerca. Miro hacía todos lados buscando su origen, desde hacía algún tiempo tenía una teoría de que aquellas voces era los pensamientos de las personas. En le bosque, pudo ver una forma escarlata moviéndose con lentitud, había estado esperándola durante toda la noche, a que saliera de su escondite.
El dragón salió del bosque, tapándole su única salida. A Erik se le resbalo el móvil, estampándose contra el arcén. Los dos hermanos retrocedieron lentamente en dirección al bosque, Eva solo podía mirar sus largas garras negras, que le producían un terror extraño, Erik por lo contrario, parecía fascinado con aquella criatura, pero a la vez sentía que no estaba del todo viva…
-¡¡CORRE!!-grito Eva adentrándose en el bosque.
Erik la siguió apenas unos segundos después, corrieron por el espeso bosque. El dragón escarlata les siguió desde el aire. Los dos hermanos podían ver su sombra sobrevolando sus cabezas. El dragón descendió en picado contra los dos hermanos. Un rugido escapo de entre sus dientes, tras el una llamarada de fuego escapo entre sus dientes, calcinando todo tras de si. Eva y Erik sabían que no podrían escapar con vida de aquel fuego.
<>
Todo comenzó a dar vueltas de golpe, sintieron como algo les absorbía de allí llevándoles muy lejos.
Cayeron de golpe sobre un frio suelo de madera, se sentían mareados y desorientados. Erik, al ser el mas fuerte, fue le primero en levantarse, estaban en una sala circular, llena de libros, en el centro había una mesa redonda vieja, rodeada de seis sillones, en ellos habían símbolos extraños, en el centro de la mesa, había una hendidura circular ligeramente iluminada, en el techo había un tragaluz redondo, las vidrieras tenían la forma de tres soles y de tres lunas.
Erik acerco a la mano a la vieja mesa, acercándola en la hendidura, a la que se ilumino ligeramente, Eva se levanto apoyándose en su hermano.
-Erik… ¿Estas bien?
-Limbadh…- respondió Erik en un susurro.
No hay comentarios:
Publicar un comentario