El sheks sobrevoló varias veces el bosque de Alis Limbadh, buscando a Erik, pero simplemente no sentía su presencia. Siseo enfurecido, aunque realmente estaba muy asustado, más de lo que lo había estado nunca. Para sus adentros maldijo a Ankaa, era una hechicera muy poderosa, seguramente fue ella quien preparo el secuestro de Aiden.
Descendió lentamente, intentando no ser detectado, pero seguramente ya estaban allí. Se transformo en humano, sintiendo como su parte de shek se enfurecía de estar encerrada en un rincón pero la ignoro, en aquel momento él no era el más importante. Kirtash se deslizo lentamente por el bosque. Había cambiado mucho desde que la diosa Wina había pasado por allí. Parecía haber recuperado parte de su esplendor anterior, pero la energía salvaje de la diosa aun estaba allí presente.
Lentamente, se deslizo por los arboles, pero no detectaba nada. Ascendió a un árbol cercano, que se alzaba a unos veinte metros. A lo lejos pudo ver las ruinas de la torre, un escalofrió le recorrió la espalda, aquel lugar seguía sin gustarle. Descendió por las ramas y se puso de nuevo en marcha. El fénix le había cogido bastante ventaja, seguramente ya habría tomado su verdadera forma y estaría preparando el hechizo. Ya habría hablado con Victoria sobre aquel tema, pero se había negado en rotundo hacerlo, alegando que se merecían una vida normal, que no había podido tener ni ella ni Jack.
Lentamente, deslizo su mano a su espada de hielo, había detectado un movimiento. Volvió a relajarse, había un simple animal del bosque. La energía mágica comenzó a notarse en todo el bosque, notaba los pelos de la nuca erizándose. Trago saliva y se acercó a la torre.
A cada paso, la magia se hacía más notable. Comenzó a sentir incomodo. Maldijo a Ankaa, y acelero el paso. Acabo corriendo, casi desesperado. Por fin consiguió llegar a la torre, en los suelos habían trazados símbolos arcanos muy antiguos, del principio de la magia. Saco su espada de hielo y se puso en guardia, a pocos metros de él estaba una figura, vestía con una túnica blanca y con capucha, tapándole parte del rostro, a sus pies estaba Erik. El muchacho estaba inconsciente, atado con varias cuerdas.
-Como te has atrevido- susurro Kirtash.
-Era lo que tenía que hacer- dijo Ankaa- y tu lo sabías perfectamente desde el mismo instante en que pisaste Idhun buscando al otro chico, os arriesgasteis y perdisteis. Igualmente hubiera ido a buscaros.
-Pero te dejamos claro que no queríamos hacerlo- dijo fríamente.
-Los dioses son muy caprichosos- susurro- yo solo sigo las palabras que me susurran.
-Pensaba que no querías hacerlo- dijo Kirtash.
-He cambiado de opinión- dijo- soy una sangre caliente, no soy tan sofisticada como vosotras las serpientes
Antes de que pudieran constarle, un rugido recorrió el bosque. Kirtash maldijo por lo bajo. Poco después un gran dragón dorado apareció en el claro. Descendió lentamente, hasta que aterrizo. De el bajo Victoria, portando de nuevo el báculo entre sus manos. Yandrak se transformo de nuevo en humano.
-¡ERIK!- grito con desesperación.
Victoria rápidamente corrió hacía su hijo, pero Cristian la detuvo.
-Espera- le dijo con voz intranquila.
Victoria lo miro con ojos desesperantes, mientras observaba a su hijo inconsciente a pies de la mujer que vestía de blanco. Cristian se mantenía inmutable, pero por dentro estaba intranquilo. Aun no había desenvainado su espada.
-Veo que por fin lo has conseguido- le dijo una voz.
Del bosque apareció una figura, con rasgos orientales. Vestía con un abrigo negro largo. En su rostro había pintada una sonrisa.
-Shizuko- siseo Victoria con una fría mirada pintada en su rostro.
-Cuanto tiempo sin vernos Victoria- dijo mientras se ponía al lado de Ankaa.
-Suéltalo- dijo Victoria con frialdad.
-¿Por qué debería hacerlo?- dijo mientras observaba al muchacho.
Victoria hizo ademan de atacar a la mujer de rasgos orientales, pero Jack la detuvo, en esos momentos era muy peligrosos atacarles, además, la mujer enmascarada le daba una sensación extraña, de pánico.
-¿Qué te ha hecho cambiar de bando Ankaa?- dijo Cristian de nuevo.
-Me mostraron el fin del mundo- dijo.
-¿El que?- dijo Cristian.
-La llegada de los titanes a Idhun- susurro Ankaa- los antiguos dioses de Idhun, fueron expulsados de su mundo, pero no se conformaron con eso- hizo una pausa y continuo, de mientras se agacho al lado de Erik, que seguía inconsciente- destruyeron todas sus criaturas, lo devastaron todo, el único que sobrevivió es el fénix.
>>Los dioses formaron lo que hoy en día conocemos como nuestro mundo. Los titanes fueron encerrados en Umadhun, a la espera de una oportunidad para volver a por su venganza. Se sellaron, pensaron que era para siempre, pero se equivocaban.
>>Cuando los seis desterraron a los sheks a Umadhun, el sello se rompió un poco. Con su vuelta sello estaba casi roto, con la poca fuerza que les quedaban lo destruyeron y escaparon de allí. Rondaron en Umadhun hasta que quince años después recuperaron fuerzas.
>>Los dioses se dieron cuenta y formularon una nueva profecía, anteriormente habían enviado a la triada a por el séptimo, pero ahora necesitaban algo mucho más poderoso, una triada que poseyera un mayor poder que sus antecesores. El séptimo sabía perfectamente que buscarían a todo aquello que tuviera esencia de los seis y lo destruiría, por eso ha vuelto a Idhun y me ha pedido ayuda.
Ankaa se destapo el rostro. Victoria ahogo un grito y Jack sintió un escalofrió le recorría la espalda, Cristian no se inmuto. Debía de ser una muchacha de unos diecisiete años, su piel era blanca como la nieve, al igual que su cabello, que brillaba con la luz de las lunas, pero eso no era lo que les había asustado, sus ojos eran blancos, completamente. La muchacha sonreía.
-Por eso debemos despertar las esencias de Erik- dijo Ankaa- como hicimos con la de Aiden. Algo extraño ese muchacho, la unión de las esencias de un dragón y un shek.
-No puedes hacer eso- dijo Victoria- conozco el hechizo, podría morir si no lo realiza un archimago, y ni si quiera tendría las ganancias de poder sobrevivir.
-Habrá que arriesgarse.
Antes de que pudieran hacer nada, apoyo su dedo en la frente del muchacho. Los símbolos arcanos que había trazado en el suelo se iluminaron. Victoria corrió hacia su hijo pero una barrera la detuvo, grito desesperadamente, golpeándola, pero no ocurrió nada. Erik abrió los ojos de sopetón, y comenzó a gritar de dolor.
-¡Por favor no!- gritaba su madre- es solo un crio.
Las dos mujeres la ignoraban. Shizuko mantenía inmovilizado al muchacho, que intentaba escapar de allí. Cientos de agujas le atravesaban cada musculo de su cuerpo.
Paso una hora entera gritando, antes la mirada llorosa de sus padres. Los símbolos arcanos se iluminaron se iluminaron a un color rojo y se apagaron de golpe. Erik dejo de gritar y cayó al suelo inconsciente. Shizuko lo soltó con mirada de asco. Las dos mujeres se alejaron de allí y la barrera desapareció.
-Tened cuidado- dijo dándose la vuelta- ahora su estado es muy delicado. Y otra cosa mas, Aiden esta en una cabaña al norte de aquí, la ultima vez que lo vi estaba al borde de entre la vida y la muerte. Espero que no haya muerto, era muy guapo.
De las ropas de Ankaa surgieron unas llamas doradas que comenzaron a devorarlas a ella y a Shizuko, hasta que desaparecieron. Se había teletransportado de allí.
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