sábado, 29 de septiembre de 2012

Memorias de Idhun IV Profecías: Capitulo 2


Capitulo 2 Secretos
-¿Qué te ha ocurrido que has llegado tarde?- dijo Victoria mientras entraba a la cocina junto con Eva.
-He perdido el autobús- dijo mientras se sentaba en la silla.
Victoria comenzó a preparar la cena. Eva la contemplo fijamente. Llevaba el cabello por los hombros, ondulado levemente, sus ojos eran de un color avellana, eran más grandes de lo normal en su cara, con su edad se mantenía joven, estaba en forma.
-He estado apunto de llamar a tu padre- dijo mientras cortaba la comida- me tenias muy preocupada.
Eva suspiro, sabía que no se refería al mismo padre que tenía Erik, su hermano mayor, si no su verdadero padre. Solo aparecía una o dos veces al año y siempre que venia se mantenía distante con los demás. Victoria se volvió a su hija y sonrió, su madre siempre le hacía sentir mejor.
-Mama, ¿Tú crees en los dragones?
Victoria dejo caer al suelo el cuchillo, su cara se había quedado pasmada durante unos instante, sonrió de nuevo forzosamente. Se agacho y recogió del suelo el cuchillo.
-¿Por qué lo preguntas cariño?- dijo intentando retornar a la normalidad.
-Por curiosidad- respondió Eva.
Victoria continúo a la normalidad, tarareando una vieja canción que en sus tiempos había sido muy famosa. Eva salió de la cocina silenciosamente sin despedirse de ella. Se había quedado pasmada ante su reacción, jamás pensado que podía reaccionar así, pero lo que mas le extraño es que no había llegado a responderle. Su madre había publicado varios libros de fantasía, sobre dragones y unicornios.
Subió hasta su habitación y se acostó en su mullida cama, las palmas le ardían con fuerza junto con el tobillo, hasta ahora no se había dado cuenta de que sus zapatilla izquierda había sido medio calcinada por el fuego del dragón. Volvió a asomarse a la ventana de su habitación para ver si lo veía, de nuevo. La verja se abrió y entro un lujoso coche que pertenecía a Jack, aunque también lo consideraba su padre no era lo mismo que con Christian.
Jack trabajaba en un hospital de la ciudad como cirujano, desde hacía varios años. Aparco el coche en la entrada de la casa. Jack era un hombre corpulento, de pelo rubio y de grandes ojos verdes. Cerro la casa y se dirigió a la casa.
Eva salió de su habitación y corrió escaleras abajo, iba a saludar a Jack cuando oyó a Victoria y a él hablando.
-¿Lo has sentido?- susurro Jack
-Si y era muy cercano aquí, a menos de un kilometro y medio, ¿Crees que no pueden a ver sido ellos?
-No creo que han sido los nueve…
Jack y Victoria pararon de hablar justo cuando apareció Eva en la cocina.
-¿Cuanto tiempo llevas ahí?- le pregunto Jack con una cálida sonrisa, escondiendo la angustia tras ella.
-Acabo de llegar- mintió Eva con una cálida sonría.
Se le daba mejor mentir que estudiar, Victoria volvió a cocinar tarareando de nuevo la misma canción y Jack se dirigió a su estudio. Eva miro extrañada a su madre, había ocurrido algo y no le querían decir lo que ocurría.

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